Clima

El clima es continental, determinado por la considerable altitud media (700 metros) y la presencia del muro de la cordillera Cantábrica, que detiene el influjo Atlántico; la temperatura disminuye con la altura, por lo que existen en los macizos más elevados zonas de nieves.

La oscilación térmica es del orden de los 17°, el invierno es largo y duro (cuatro meses con medias inferiores a 6°) ; los veranos son secos y la temperatura media anual es de 10 °C.

Las precipitaciones son abundantes en primavera y otoño..

Vegetación

El área del nacimiento del Nela se caracteriza por un paisaje agreste, casi salvaje, dónde encontramos tupidos bosques de hayas, pinos y robles que se mezclan con amplios espacios en los que solamente se puede observar los brezales.

En esta zona existen unas peculiares formaciones rocosas, alternadas por los numerosos arroyos y torrentes que luego formarán el río Nela. Por el contrario el valle está rodeado por el sinclinal de Leva al sur y por los montes de Dulla al norte.

En las faldas, y hasta una altura media (900 m.) la vegetación es muy abundante predominando el haya y el roble; esto es debido a la humedad del río, la altura y la ubicación en una zona muy sombría.

Las partes más elevadas se caracterizan por una imagen esteparia, dónde la vegetación es menos abundante y el suelo es más árido. Debido a la fuerte pendiente de las laderas, existen numerosos arroyos y torrentes que son afluentes del Nela.

Fauna

Estos bosques de hayas y robles se caracterizan por ser bastante abiertos, lo que quiere decir que permite un espacio vital donde habitan una serie de animales que componen la fauna típica de esta zona del norte de España.

La fauna que se puede localizar es de lo más variada: zorro, corzo y jabalí, como especies más abundantes y nutria, águilas y ardillas como otras especies existentes.

En los dos ríos de la Merindad, el Nela y el Engaña podemos encontrar ante sobre todo truchas y barbos.

El río Nela

 

El nacimiento del río Nela está señalado por tres puntos, situados dos de ellos al lado de la carretera de San Pedro – unos 800 metros -, en la orilla derecha de la misma, y otro en la parte izquierda. Son otras tantas fuentes que pronto forman un modesto arroyo que bordea el pastizal y sigue kilómetro y medio aproximadamente, hasta recibir por la izquierda el arroyo de Bustabernales – otro puerto – en el sitio denominado Las Colodreras.

A partir de aquí ya podría llamarse río, continuando el descenso por las márgenes del Nela, veremos que este recibe, por la izquierda, el arroyo de los Ahidios y poco después, por la derecha, el arroyo del Mazo, ambos de poco caudal aunque permanente.

En esta situación, las aguas transparentes y frías, como siempre en este río, cuyas márgenes están casi en todo su recorrido pobladas de árboles y arbustos sin apenas recibir el sol, cruzan el bosque de hayas, El hayal, hasta alcanzar la zona que lleva el nombre de Las Barias, donde llega por la derecha el río Recobul, que nace en Puerto Seguro, haciendo un recorrido de unos cuatro kilómetros. Su caudal al llegar al Nela es tan importante como el de éste. Unos cuatrocientos metros más abajo hay que registrar la aportación del arroyo Malverde, de tres kilómetros de recorrido, con agua abundante, y poco después llegan al Nela, por la izquierda, el de Conchuela y, por la derecha, el Hondo, que nace en la parte posterior de Ahedo – unos seiscientos metros -. Este arroyo se une al Nela a unos cien metros del pueblo de Busnela, muy cerca de donde hace muchos años había una herrería y forja aprovechando el mineral que allí existe.

Hemos alcanzado los primeros pueblos de la Merindad de Valdeporres, Ahedo y Busnela.

Y si bien abunda, como en toda la Merindad, la vegetación arbórea, verdadera riqueza que debemos cuidar, ya vemos horizonte, paisaje, sol. A la derecha hay otro pueblo el de Robledo, del cual desciende, para unirse al Nela en Peña Castillo, el arrollo cangrejero, que teniendo su origen en las laderas de la Cordillera y de la Maza – sitio éste donde Franco se situó para su ofensiva sobre Santander y toma del Escudo -, enriqueciendo su modesto caudal con aportaciones de los terrenos de Mojayo. El arroyo lleva este nombre o el de Robledo.

Tenemos a la vista otros pueblos, Dosante a la Izquierda y Cidad a la derecha. Por la izquierda merecen registrarse las aportaciones de los arroyos La Cierva, Conchuela y Recortero, de no gran significación, aunque constante, y que en sus tiempos sirvieron para hacer funcionar el molino de Dosante; y por la derecha y zona de Cidad el nacimiento de los Campios que surte de agua al pueblo y a veces en épocas de caudal por el Vallejo y Picholrrera, llega al Nela junto al molino.

Si seguimos las ondulaciones del río, en este trayecto de tres kilómetros muy remansado y con pozos de gran profundidad, pronto llegaremos a Santelices, sitio de unión con el Engaña.

El río Engaña

 

De unos doce kilómetros de recorrido y el principal afluente del Nela hasta Villarcayo, de caudal a veces igual o superior a este, con agua de gran transparencia, saltarina y, en grandes trayectos, soleada.

En realidad, podríamos considerar como nacimiento las primeras aportaciones de la parte que circunda el sitio denominado Fuente del Rey, situada cerca del conocido con el nombre de la Marroya, por un lado, y por el otro  o izquierdo las aguas que, procedentes de la parte llamada la Grajera, forman pronto el arroyo de este nombre. Unidos ambos en La Horca de los Ríos, es a partir de este lugar donde ya podemos hablar de río Engaña. A continuación indicamos, sin extendernos en muchos detalles, los arroyos que van nutriéndole. Esta zona, como la del Nela, es netamente forestal: árboles y ganado.

Por la izquierda, los arroyos de Escuminiana, So La Cuesta , Tejuelo, Sermijal y Covarones; con fuente de este nombre, de gran caudal, naciendo en el cauce del río, y ya en el pueblo de San Martín de Porres, el Rubaco (o Agua Buena). Por la derecha los arroyos de La Sotia, del Corco, de la Garma, Calvao, La fuente, Valmar, Castrejón y Tras las Arenas, cerca de la ermita de las Riveras.

Al pasar por términos de San Martín de Porres riega huertas, mantiene frondosas riberas, integrándose en el Nela en el pueblo y puente de Santelices.

Siguiendo la carretera moderna, junto a las márgenes del río en un recorrido de con abundante arbolado, por escotaduras, escobios, hoces y paisajes de gran belleza, encontramos Quintanabaldo y Puentedey.

En este trayecto dejando el arroyo del Vallejo de San Martín de las Ollas, solamente merece registrarse la aportación del arroyo de Montoto o de La Gandara, con origen en los terrenos húmedos de los pueblos de Bezana, Montoto, Silleruelo, Soncillo, etc., del valle de Valdebezana. Al llegar a Soncillo es un pequeño río que, inclusive, represado, sirvió para atender un molino. Desaparece un centenar o dos de metros después del sitio denominado El Sumidero para volver a la superficie en La Cueva, término de San Cebrián, donde se pierde en el Nela.

Posteriormente el Nela, hasta el pueblo de Ciguenza, a donde llega después de cruzar los pueblos de Escaño, Escanduso y el de Tubilla, pueblos como el anterior de la Merindad de Castilla la Vieja, no recibe apenas caudal alguno. No obstante, entre Puentedey y Brizuela llega por la izquierda el arroyo o Cenaga de Linaras de la zona de la Gereta, y en Ciguenza, desembocando en el cauce del molino, la Cenaga o arroyo de Salazar. Por la derecha el sobrante, cuando lo hay, del arroyo de Gazapines, y ya cerca de Bocos, la Cenaga de Villalain.

El Nela y otros ríos de Castilla La Vieja. Por Cayetano Lopez Lopez. Montes, Publicación de los Ingenieros de Montes. Nº 104, Marzo-Abril 1962.